lunes, 10 de junio de 2013

Bajo palos


Hola a todos, me llamo Fernando Campos, mi mayor afición es el fútbol. Con 5 años empecé a jugar en un equipo de fútbol 7 en mi pueblo, jugaba como defensa y nuestro equipo era muy malo. Me fui a vivir a Valencia, por lo que deje el fútbol 7. Ahora mismo juego a fútbol sala en un pequeño colegio llamado Sagrada Familia, donde he estado estudiando desde entonces. Llevo jugado desde los 8 años, al principio empecé como jugador, y después de 4 años pase a ser el portero.


La verdad es que siempre me había llamado ser portero, me gustaba ponerme en los campeonatos de clases y en verano jugando a fútbol playa. Mi primer partido fue un año antes de ser el portero del equipo, yo aún era jugador y nuestro portero no vino, mi entrenador dijo que me pusiera y yo acepte, perdimos el partido y yo no paraba de llorar por la rabia y la mala suerte de ponerme en un partido y justo perder el único partido de la temporada. Al año siguiente no había portero, así que le dije a mi entrenador que yo quería asumir la responsabilidad de defender la portería.

Cuando eres portero tienes el deber sacrificarte en cada balón, aunque en el te juegues el tipo. Mas de una vez me he llevado patadas en las piernas y en el estomago, y algún balonazo en la cara y otras zonas dolorosas..., pero ese es tu trabajo, ayudar al equipo desde abajo. Lo malo de ser el portero que casi siempre que te marcan un gol, la culpa te la echan a ti. Pero también tiene buenos momentos, ya que puedes ser decisivo en un partido.

Levantando la copa autonómica
La verdad que nuestro equipo es bastante bueno y tengo mucha suerte de poder jugar allí, ya que en 5 años hemos ganado 5 ligas, una copa de Valencia, 1 campeonato provincial y otro autonómico. Estos dos últimos el año pasado donde hicimos una temporada brutal y fantástica que nunca olvidaremos.


Unos buenos partidos en la final, me llevaron a probar suerte en el Valencia , Me hacia mucha ilusión ir y dar lo mejor de mi, pero la gran diferencia de la portería, ademas de la falta de costumbre de no haber jugado a fútbol 11 me mató. A pesar de que no me cogieron, el haber ido a entrenar con el Valencia fue una experiencia que siempre voy a recordar.